Piloto: Mecanismo de Ángel.
Capitulo 1: Hoy vivo.
─ ¡Mierda corre!─ Dijo él.
─ ¡Ya se, ya se!─ Respondió
ella.
─ Casi nos alcanza, tenemos
que encontrar una salida─ de pronto, mientras corrían montaña abajo, este
encontró una cueva apenas visible a los ojos de ambos─ ¡Mira, cuando estemos
cerca, tu corres a esa cueva y yo a la dirección opuesta!─ Propuso él.
─ ¡No te dejare, te
alcanzara y tomara venganza!─ Lo miro fijamente a los ojos y no hubo la
necesidad de preguntarlo dos veces, cuando estuvo los suficiente cerca brinco a
la cueva y este corrió como lo había dicho.
Agitada, cansada, casi
llorando “descanso”, por así decirlo, dentro de la cueva, no tuvo la fuerza
suficiente para asomarse, no pudo gritar, no pudo hacer nada, más que sentarse
y “descansar”, pero como alguien podría ser capaz de descansar después de
separarse de él de esta manera. Pasó el tiempo y ella ganó las fuerzas para
poder salir de la cueva, y así lo hizo, no vio nada, solo vio el piso, las
grietas de la tierra, cortas largas, tan hermosas como ignoradas, su color
dorado opaco, las pequeñas platas tratando de brotar de estas, subió la mirada,
vio el cielo, un cielo sin vida, respiró y sintió el aire muerto de siempre,
dio unos pasos y miró fijamente hacia abajo, no faltaba mucho para bajar de la
montaña donde los seguía “Eso”, cuando noto esto recordó a Él y reacciono
bruscamente, comenzó a caminar montaña abajo, tratando de no cansarse por si
tenia que correr de nuevo, observo a sus alrededores tratando de buscar pistas
de su amigo o de su “enemigo”, nada.
Después de unos diez
minutos llego montaña abajo, sorprendida por lo que vio, no pudo hacer nada mas
que correr, vio el cuerpo de él entre unas pierdas y el frio piso, cuando
empezó a caminar hacia esa dirección, no se dio cuenta, pero también seguía un
camino de sangre, la sangre de una persona o una criatura, nunca se sabrá,
podría se de “Él”, podría ser de “Eso”, eso no importaba, importaba el cuerpo
de su amigo que estaba lleno de sangre, llego a él y se le quedo mirando por
unos poco segundos, miro fijamente a su rostro sin vida, sintió que los
segundos se convertían en minutos y los minutos en horas, en días, se acercó,
se arrodillo fuertemente, sin vida, sin ganas, tanto que sus rodillas chocaron
contra el suelo y se lastimaron, su pelo se agito bruscamente, puso su mano el
en cuello de su amigo como instinto para saber si seguía vivo, su corazón se
aceleró, su boca formaba una O y una lagrima broto.